SERAFÍN
Y EL VÁTER IRREDENTO… Y OTROS CUENTOS…
Las
más acendradas sensibilidades y las más conspicuas imaginaciones se
alían para obrar el más delicioso arte literario con unos entre
escatológicos e inverosímiles mimbres, vamos, una cosa tremenda…
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LA
VENGANZA DEL VÁTER
ADRIÁN
GONZÁLEZ ÁLVAREZ (3º F DE ESO)
Érase
un niño llamado Serafín el cual se pasaba todo el día comiendo,
por lo que iba mucho al baño.
Serafín
tenía un baño contiguo a su habitación en el cual siempre hacía
sus necesidades, las cuales, al ser un niño relajado en su higiene
personal, ponían todo perdido. Y el váter que siempre usaba, porque
no podía hacerlo en otro, un día se hartó de recibir excrementos
más asquerosos de lo normal y decidió hacer una huelga de tapa
cerrada, en la cual prohibía que la gente, en especial Serafín,
expulsara allí sus heces.
Serafín
se negaba, pero el váter, que era especial y tenía cualidades
humanas, cerró su tapa y no la iba a volver a abrir. El váter
quería vengarse, por lo que una noche se desencajó del suelo y,
usando las tuberías de brazos y piernas, y un gran tubo como cañón,
salió de la casa y empezó a ir por la ciudad causando el caos al
expulsar contra los edificios y lugares de la ciudad bolas gigantes
por el cañón, las cuales estaban hechas de todas las heces que
contenía toda aquella suciedad, y tales destrozos dejaron la ciudad
en muy mal estado y dicha ciudad acabó como Chernobyl.
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SERAFÍN
Y CIERTOS DOMÉSTICOS PROBLEMAS
MARÍA
GRAU FLORES (3º F DE ESO)
Era
martes por la mañana. Serafín se levantó de la cama, todavía algo
atontado, y se dirigió al baño para terminar la acción que no
perdonaba ninguna mañana. Cuando procedía a levantar la tapa del
váter se encontró con una resistencia inusual. Una extraña fuerza
que le impedía abrirla. Probó varias veces y no consiguió otro
resultado. Entonces, fue cuando el váter habló. Dijo: —No, no y
no!— Serafín, asombrado, retrocedió—. Me niego a seguir con
esto. ¡Menuda falta de respeto! No le voy a permitir defecar en mí
ni una vez más—. El hombre, que no salía de su pasmo, abandonó
la habitación y cerró la puerta tras él.
Tras
varios minutos de reflexión, decidió que aquello era absurdo; que
no podía dejarse manipular por un váter. Decidido, volvió a entrar
y se pasó diecisiete minutos tirando de la tapa. Al decimoctavo
minuto de esfuerzo, consiguió levantarla algo, apenas diez
centímetros, pero, acto seguido, se cerró con tal fuerza que la
onda expansiva le mandó al salón.
Reflexionó
algo más. En este punto, había pasado ya una hora desde que se
levantara y ya había dado por hecho que no iría a trabajar ese día.
Además, a esas alturas, la naturaleza llamaba a su puerta con más
fuerza que nunca antes lo había hecho. Muy a su pesar, se vio
obligado a ir a casa del vecino y pedirle usar el suyo. Cuando salió,
de vuelta a su casa, rojo de la vergüenza, estaba completamente
seguro de que el pobre señor García, que de tan buena gana había
accedido a dejarle entrar, se arrepentía ahora de su decisión. Su
baño tardaría algún tiempo en recuperar el aroma a menta y limón
que desprendía antes de que Serafín entrara. De vuelta en su casa,
decidió cambiar de estrategia. Pasó dos hora y cincuenta y siete
minutos intentando razonar con el inodoro, y tras ver que no
funcionaba, intentó su última táctica: el chantaje. Tras su primer
ofrecimiento, el de cambiarle los ambientadores todas las semanas, el
inodoro se atascó y tiró de la cadena varias veces, lo que produjo
una fuga importante. Sus siguientes tres propuestas no gustaron al
estricto váter tampoco. Esto produjo que la fuga se convirtiese en
algo descomunal. Después de varios regateos, el váter accedió a
abrirse con muchas condiciones. Serafín debía cambiar el
ambientador dos veces al día, limpiarle a fondo con lejía cada vez
que lo usara, leerle libros y el periódico mínimo durante una hora
diaria, ponerle música clásica durante el tiempo que pasase fuera
de casa y dormir en la bañera, para hacerle compañía.
Aquella
noche, el pobre Serafín durmió en el baño, como el señor inodoro
había ordenado. Cuando se despertó le cambió el ambientador; hizo
sus necesidades, lo limpió a fondo y se dispuso a darse una ducha.
Abrió el grifo, pero no salía agua. Entonces, fue cuando habló la
bañera: —¡Qué descarado! ¿Se cree usted que voy a dejarle
ducharse después de haberme aplastado durante toda la noche?
—Serafín respiró profundamente, intentando contener una lagrimita
de agotamiento que insistía en salir de su ojo. Le esperaba un largo
día por delante…
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EL
REGRESO
LUCÍA
ANÓS DE TOCA (3º F DE ESO)
…Y
así fue como comenzó la venganza del váter por tantos años de
sufrimiento…
Por
la noche, mientras Serafín dormía, el váter se dirigió al Leroy
Merlín que había cerca de su casa y, tras recorrerse todos los
pasillos de la tienda, finalmente, encontró lo que estaba buscando y
se dirigió corriendo a casa para instalarlo lo antes posible. Se
trataba del nuevo tubo que te dispara agua para limpiarte. El váter
estaba seguro de que Serafín no lo soportaría y evitaría ir al
baño lo máximo posible. Sin embargo, cuando Serafín se dirigió al
baño para hacer sus necesidades por primera vez en el día, quedó
maravillado a la vez que sorprendido del increíble avance que había
sufrido su amado inodoro en cuestión de una noche. Serafín, al ver
que su plan no había funcionado, decidió darse por vencido y, al
caer la noche, se marchó de su casa y se dirigió a Brico Depot,
otra tienda de construcción donde el váter había estado viviendo
durante meses, antes de ser comprado por Serafín. No se vivía igual
de bien que en unas casa, pero el váter no se veía con fuerzas de
soportar a Serafín defecando en él tres veces al día.
Pasaron
las semanas y el váter seguía expuesto en uno de los pasillos de
Brico Depot, pero nadie lo compraba. Al principio le encantaba estar
allí, pero, poco a poco, todos sus amigos váteres fueron siendo
comprados y él no podía evitar sentirse solo y desgraciado. Todos
los recuerdos de Serafín leyendo el periódico mientras hacía sus
necesidades, de las conversaciones con el lavabo y la ducha de la que
había sido su casa por casi cuatro años comenzaron a llegar a su
cabeza. Y aunque meses atrás su trabajo le pareciera repugnante y
quisiera marcharse de casa constantemente, ahora había aprendido a
valorarlo y daría lo que fuera por volver, pero ya era imposible;
Serafín ya le habría reemplazado por otro váter y serían muy
felices.
2
años más tarde…
El
váter se despertó y de nuevo pudo observar las mismas vistas desde
su estantería. Ya habían pasado 863 días desde aquel lejano día
que había decidido abandonar su hogar. El váter volvió a poner su
mejor cara para los nuevos clientes que entraban en la tienda, como
cada día. Aunque sabía que nunca le comprarían.
De
repente, un encargado apareció con un montacargas y se llevó al
váter. El váter estaba asustado a la vez que sorprendido. Le
metieron en una caja y le subieron a un camión. Minutos más tarde
notó cómo lo bajaban del vehículo. Oyó cómo llamaban al timbre
de una casa y, más tarde, cómo lo depositaban en el suelo. Entonces
alguien abrió la caja y… el váter no podía creer lo que veían
sus ojos: ¡Era Serafín!, que muy emocionado comenzó a decir:
—¡Espero que sea este!
Resulta
que Serafín se había pasado los últimos dos años buscando a su
querido váter en todas y cada una de las tiendas de construcción de
la ciudad.
El
váter no entendía cómo había llegado a su casa, pero no podía
estar más feliz de haber regresado.
Serafín,
por fin, había encontrado a su querido váter y ambos vivieron muy
felices juntos el resto de sus vidas.
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SERAFIN
Y EL VÁTER MALVADO
BRUNO
ROMERO ALVENDÍN (3º F DE ESO)
Serafín
estaba a punto de explotar; llegaba del trabajo con la tripa llena;
solo podía pensar en una cosa: sentarse en su váter y ponerse a
leer sus periódicos al ritmo con que lo descargaba todo.
Entró
por el portal, subió las escaleras corriendo, sacó las llaves
precipitadamente, atravesó el pasillo y llegó a su lugar favorito
de la casa: el baño. Allí era capaz de pasarse horas y horas
leyendo y descargado la comida acumulada durante el día.
Nada
más entrar al excusado se bajó los pantalones y cuando estaba a
punto de posar sus glúteos, la tapa se cerró. Desesperado, trató
de abrirla, pero esta se resistía; parecía pesar dos toneladas. No
pudiendo aguantar más, tuvo que soltarlo todo en postura tan
incómoda como era estando de pie.
Con
las bolsas típicas de los perros recogió sus desechos y los tiró a
la papelera de la calle e, inmediatamente, de allí se fue a llamar a
un fontanero, para que le cambiase la tapa del váter.
Sin
embargo, al llegar el fontanero se encontró con que la tapa estaba
perfectamente.
Serafín
no comprendía nada, tan confuso se encontraba que, cayendo en la
locura, le gritó enfadado al váter: “¡Por qué! ¿Quieres
dejarme cagar en paz? ¡Con lo que a mí me gusta!”. Para su
sorpresa, este respondió: “¡No! No pienso dejar que vuelvas a
echar sobre mí tus deposiciones.
A
serafín se le puso la cara blanca y verde, casi parecía un hincha
del Betis.
Asustado,
salió corriendo de aquella casa encantada y se alejó de aquel váter
malvado.
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EL
SECUESTRO DEL VÁTER ROCA
ADRIÁN
ROSELL TORRES (3º F DE ESO)
Estaba
harto de ser el trono de aquel rey del corporal desecho que era
nuestro Serafín. El trono, llamado Roca, ya estaba cansado de tragar
los desechos de Serafín; se salió del baño y se fue de la casa. La
gente se mostró atónita de ver un sanitario andando por la calle.
Todos lo miraban y él se sentía incómodo y, llorando, corrió
hasta que se desmayó por el potente sol que hacía aquel día.
Cuando
despertó, se encontraba en un sitio desconocido para él. Se
encontraba en una casa, una casa desconocida. Roca, asustado, corrió
hacia la puerta cuando se chocó con un hombre alto que venía de
comprar, cayéndose los dos en el suelo. Se fijó en lo que había
comprado: entre otras cosas, un bote de lejía, una soga y un
cuchillo. Cuando se dio cuenta, Roca estaba amordazado en una silla,
con el miedo por las nubes. Aquel tipo empezó a mirar a Roca y el
váter le preguntó: “¿Por qué haces esto? Y el sujeto, riéndose,
le respondió que le gustaba martirizar a la gente con el bote de
lejía en la mano. De repente, sonó un sonido brusco en la puerta y
entró Serafín con una pistola disparando al criminal, que cayó
desplomado al suelo. Después de toda aquella aventura, llegaron los
dos a casa e hicieron un pacto diciendo que Serafín nunca más le
volvería a tratar como antes, sino con mayor delicadeza, Roca
accedió y volvieron a ser familia.
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EL
VÁTER SE REBELA
ALEJANDRA
ORTIZ MOLINA (3º F DE ESO)
VIERNES
10:15 am
Después
de que mi váter de toda la vida se rebelara contra mí, pensé que
sería todo una broma pesada o una cámara oculta; pensé eso hasta
que siguió hablando:
—Estoy
harto de que vengas aquí todos los días, tres o cuatro veces; de
que descargues todo en mí y ni siquiera me lo agradezcas —dijo con
un tono de voz del que deduje que estaba contrariado.
—Pero
no es mi culpa, te compré para usarte —dije calmadamente.
—Tampoco
es mi culpa que tengas un problema en el intestino y no me dejes
respirar.
Quise
contestar, pero no sabía qué decir. Tenía razón, usaba demasiado
el váter, pero no sabía por qué; realmente me gustaba ir al baño;
me sentía relajado. No me gustaba tampoco la actitud que estaba
teniendo mi inodoro. Estaba siendo muy desagradecido, ya que siempre
lo limpiaba y tiraba de la cadena. Entonces sí que me sentía
cabreado, así que decidí vengarme.
LUNES
11:05 am
He
estado todo el finde yendo al baño, en total unas 10 veces a lo
largo del fin de semana. Antes de irme al trabajo iba a ir al baño,
ya que, a diferencia de estos días, esta vez sí que tenía ganas de
verdad. Cuando llegué al baño, la tapa del váter no se podía
levantar, se había cerrado tal cual; yo no había cerrado la tapa,
estaba segurísimo de que había sido el váter como en una especie
de venganza por lo del fin de semana.
—Ahora
se te van a quitar las ganas de usarme cuando se te antoje —dijo
enfadado.
—Por
favor, déjame esta vez, por favor —me estaba muriendo por dentro.
—No,
verás lo que se siente, ja, ja, ja, ja… —dijo con una risa
maléfica.
En
ese momento salió todo lo de dentro de mí y aprendí que nunca
puedes subestimar a nadie, y menos a un inodoro.
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EL
VÁTER NOSTÁLGICO
DANIEL
PASCUAL PAMO (3º F DE ESO)
…Entonces,
Serafín, el primer día de la pelea entre el váter y él, no le
hizo mucho caso, ya que un mal día lo tiene todo el mundo, incluso
los váteres.
Al
día siguiente, Serafín volvió con su periódico; el váter, cuando
lo vio, se cabreó y serafín ya se dio cuenta de que iba en serio.
Tuvieron una discusión de una hora y media; llegaron al acuerdo de
no verse nunca más. Serafín lo vendió. El siguiente día ya no
estaba el váter; Serafín se alegró de poder estar tranquilo y sin
discutir. El váter tenía ya una nueva familia donde el primer día
se sintió cómodo, sin discusiones, con nuevos periódicos… pero
todo no iba a ir bien; al cabo del mes todo cambió: el váter se
aburrió, ya que sus dueños se fueron de vacaciones. Serafín se
sentía solo; necesitaba compañía. Entonces es cuando pensó que
todo el mundo necesita una segunda oportunidad. Fue a por el papeleo
de la venta para ver en qué calle, ciudad y país se encontraba.
Serafín vivía en España (Madrid), en la calle “Madrid”. El
váter vivía en la Gran Vía de Madrid. Estaban cerca, mismo país,
misma ciudad… solo faltaba llegar al destino.
Serafín
llevó todos los materiales necesarios para sacar al váter. El día
16 de octubre Serafín entró. Día 17 de octubre, Serafín salió de
su sueño. Todo fue un sueño con el váter de su casa.
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CHAP
(EL EXCUSADO) Y SERAFÍN
PAULA
ARANGUEZ VACA (3º F DE ESO)
Llegó
el día. Chap iba a tener una conversación con Serafín. Chap había
adquirido varios conocimientos, ya que el despistado de Serafín se
dejó unos maravillosos libros encima de su tapa. Chap se pilló un
gran cabreo y le empezó a salir agua por su cabeza; empapó los
libros al mismo tiempo que sus conocimientos.
¡Chap
estaba harto! Serafín se sentó para defecar y Chap al enfadarse
tanto soltó un chorro de agua cuando Serafín terminó; a este le
gustó mucho, ya que tenía pensado comprarse uno nuevo más moderno.
Chap,
viendo que las cosas no salieron como él quería, decidió hablar de
una vez por todas. Serafín se sorprendió pero decidió escucharle.
Chap le contó que había leído mucho y que quería seguir
haciéndolo, que estaba harto de recibir excrementos y nada más.
Estuvieron hablando un buen rato y llegaron a un acuerdo: Serafín
podría ir las veces que quisiera al baño, pero, a cambio, él
tendría que dejarle más libros.
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ELVA
TERGRANDE
VÍCTOR
DE LA VEGA LÓPEZ (3º F DE ESO)
Elva
Tergrande estaba ya cansado de las descomunales heces de Serafín.
Además, resultaba humillante que Serafín le enseñara a su perro a
usar el váter, que, como cualquier perro, al no saber, manchaba la
taza, y no se limpiaba hasta que se volvía a usar… bastante
antihigiénico. Y no solo eso: Serafín era un universitario que daba
fiestas y, cómo no, tenía alguna pareja invitada enrollándose
encima.
No.
Por ahí no iba a volver a pasar. Se merecía un mejor trato. Se fue
de casa. Vagaba por la calle, durmiendo de contenedor en contenedor.
Un día le recogió una señora vagabunda para hacer “sus cosas”,
y se enfadó. Se enfadó tanto que succionó a la vagabunda y no se
la volvió a ver. Comprendió que no era un váter cualquiera; era
especial. Tenía habilidades un tanto paranormales. Nunca se le
acababa el agua, podía succionar todo lo que quisiera… Era
poderoso. Pero decidió ayudar a la humanidad, en vez de lo
contrario. Eso sí, dio vida a todos los váteres del mundo,
obligando al hombre a defecar fuera. Pero ayudó a llenar todos los
océanos del mundo, succionar toda la basura del mundo y la
contaminación de la atmósfera. Lo consiguió. Consiguió hacer una
nueva “canica azul”, pero enfermó. Se puso tan enfermo que acabó
perdiendo la conciencia y murió. Hoy en día todo el mundo recuerda
el nombre de Elva Tergrande como un héroe. Ahora que no está, ¿qué
haremos con nuestros desechos? Esperemos que no tarde mucho en venir
alguien como él.
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MANUELO
HUGO
VILLARES MARTÍNEZ (3º F DE ESO)
Hoy
es 3 de agosto de 1993 en un pueblo de Arabia Saudí donde vive
Manuelo. A Manuelo hace unos años le diagnosticaron cagalera
crónica; este problema se lo han diagnosticado a 3 personas en el
mundo. Esas personas desaparecieron al entrar en el baño de su casa.
Manuelo con esas historias vive atemorizado por su baño. Él va al
baño 33 veces al día, ni una más ni una menos.
Un
día Manuelo salió de casa, pero, de repente, sus tripas le metieron
en un apuro, pero él ya había hecho sus 33 cacas y su váter estaba
saciado por aquel día. Manuelo corrió hacia su casa; llegó tan
apurado que su pantalón ya estaba con agujeros de los pedos que este
expelía.
Llegó
a su trono y notó el frío mármol pegársele a las carnes. Intentó
desprenderse de sus sustancias, pero su cuerpo no era capaz de
sacarlas. Empezó a agobiarse y, de repente, tras un rato, empezó a
ver unos ojos y bocas en su váter y, al momento, apareció en un
almacén con un olor peculiar que le daba asco, pero sentía un poco
de vicio por aquel olor.
Allí
el suelo era como una masa viscosa de color marrón. Se le pasó por
la mente lo que le pasaba a las personas con su enfermedad. Por aquel
olor empezó a entrar en un trance a través del que oía voces que
decían: “Ahora sentirás lo que tú me hiciste sentir”. Se
despertó y se sentía como sin movilidad. Y en su boca empezaron a
caer pequeños trozos de caca, por lo que se dio cuenta de que aquel
váter al que él quería tanto se le había rebelado haciéndole
sentir todo lo que sentía su preciado váter. Le tocó una persona
que hacía caca 33 veces. De repente, oyó una voz que decía:
“Bienvenido al infierno, baby”.
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EL
BAÑO
ALBA
RUEDA CARRO (3º F DE ESO)
Soy
el fantasma Serafín y, bueno, pues os voy a contar un poco mi
historia. Estad muy atentos, pues todo lo que digo es verdad, por
inimaginable que parezca: Yo era Serafín, un chico de 23 años que
tenía algún que otro problemilla de tránsito intestinal. En
resumen, que me pasaba casi todo el día en el baño, y esto me hacía
la vida imposible. Si tenía que llegar a algún sitio a tiempo,
siempre llegaba tarde.
Un
día, mientras hacía mis necesidades, escuché una voz en el baño,
era una voz masculina, así como de locutor; miré alrededor, pero no
vi a nadie. Al poco rato, habiendo terminado de depositar, volví a
oír la misma voz, que decía:
—¡Esto
es indignante!, tres años aguantando este tipo de cagaleras, porque
eso no le pasa a alguien normal.
Miro
al emisor de tal verdad, pero, para mi sorpresa, resultó ser el
váter. ¡El váter se estaba quejando!
—¡Ah!
—ese fue el grito que pegué segundos después de afirmar que no
estaba loco.
—¿Hola?
¿Me escuchas?
Yo,
casi cagándome otra vez, contesté:
—Sí
(tartamudeando).
—Otras,
pues un par de cosas te voy a decir: ponte un tapón o algo, por
favor, yo me voy a suicidar, chico, llevas cagando cinco veces al día
tres años seguidos, yo no firmé para aguantar esto.
—¡Eso!
Y porque no has visto lo que le hace a mis hermanos que si no…
Abro
un cajón en el que meto el papel higiénico y veo cómo el que habla
es un pequeño rollo de papel tirado en el fondo. Lo saco de allí
con mucha inquietud…
—Espera,
pero, ¿cómo narices podéis hablar?
—(Váter)
Subnormal, hablar siempre hemos podido, lo que pasa es que ahora
estás borracho; por eso nos entiendes.
—Ah,
menos mal, creía que podíais hablar, bueno, adiós, me voy a
dormir, que verás la resaca de mañana…
—(Rollo
de papel) No, te lo estamos diciendo en serio: relaja el muelle o
verás las consecuencias…
—Sí,
sí, venga, bye.
A
la mañana siguiente me levanté (con un resacón del quince) y, como
de costumbre, fui al baño, cagué, miré al váter y al rollo y, al
ver que ya no hablaban, me partí de risa yo solo.
Llegó
la noche y, después de haber cagado aquel día más que nunca, me
levanté y, cuando me fui a lavar las manos, todos los muebles y
objetos del baño me atacaron. Se rebelaron y, claramente, me
ganaron.
—(Váter)
Bueno, chicos, misión cumplida. ¿Vamos a la nevera a ver si le
queda alcohol a este ex-humano?
—(Todos)
¡Sí!
Aquí
estoy viéndolos desde arriba bebiéndose mi alcohol. ¡Qué hijos
de… albañil…!
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EL
VÁTER REBELDE Y CONTROLADOR
LUCAS
RAVA DONADI (3º F DE ESO)
HOLA,
me llamo Lucas y os voy a contar una historia que me pasó con mi
váter. Yo soy un chico muy culto al que le gusta leer; por lo tanto,
todos los días me leía tres periódicos, uno por cada ocasión en
que visitaba el baño. Resulta que mi váter empezó a estudiar lo
que yo leía y se volvió rebelde y decidió organizar una huelga
para que no lo usara, y yo, enfadado, me fui a usar el baño de
invitados, y a partir de ahí no usé más aquel baño.
Pasaron
los días y yo seguía usando el baño de invitados. Un día me fui a
un restaurante y comí fabada; no sé cómo, mi váter se enteró y
rompió todas las tuberías del edificio y atacó al otro váter, así
yo no podría hacer mis necesidades. Yo llegué a casa y el portero
me informó de la situación; por lo tanto, no podría utilizar el
baño. Pasaron los días y la situación seguía igual, cuando…
escuché a mi váter recitando el plan que tenía, que era:
¡Controlar las tuberías de toda la ciudad! Yo entré y le dije que
no era buena idea y él se rio y dijo: “Tarde”. Yo me asusté y
encendí la tele rápidamente y vi que todo el sistema de cañerías
estaba roto, pero no solo el de mi edificio, sino el de ¡toda la
ciudad! Acto seguido, entablé una discusión con mi retrete, en la
cual él me dijo que aquello lo había hecho porque yo no lo
utilizaba. Le pedí perdón y le prometí que volvería a usarlo, y
él a cambio solucionaría todo aquello, y lo sellamos con una buena
cagadita.
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UNA
REVOLUCIÓN FANTASIOSA
NACHO
GARCÍA PARRAS (3º F DE ESO)
Serafín
en un ataque de nervios se levantó corriendo y salió del baño. Ya
fuera intentó calmarse y asimilar lo que acababa de pasar. Con
valentía, entró de nuevo al baño y empezó un diálogo:
—Me
acabas de hablar.
—Sí,
y a partir de ahora soy el representante de todos los váteres del
mundo; nos rebelaremos; conquistaremos el mundo entero.
—Ah,
muy bien, ¿y qué piensas hacer; cuáles son tus ideales?
—Una
cosa que detesto son los otros objetos del baño, los váteres somos
la mejor raza y llevamos sufriendo durante lustros.
—Ah,
mira que bien, un váter que habla, y encima fascista, o sea, encima
de que te has leído todos los periódicos y has visto todos los
males y problemas mundiales, quieres convertirte en un “váter
nazi”.
—Oh,
Dios, no, el símbolo es terriblemente feo, el de mi revolución será
la mayor representación de nuestra raza: “el emoji de la mierda”.
Seguidamente,
Serafín se desplomó y cayó al suelo. Estaba tan impresionado por
aquella situación que se desmayó.
Más
tarde se despertó de nuevo. Seguía allí y había un silencio
rotundo. Se asomó por la ventana y vio cómo en la oscuridad pasaban
luces, como si de una prisión se tratase.
Con
mucho miedo, salió a la calle y avanzó hasta la plaza del pueblo.
Nada más llegar se encontró a mucha gente con lo que parecía ser
una máscara de un trozo de “caca”.
Segundos
después, se hizo el silencio y salió un váter con una boina. Al
instante todos los participantes de aquella agrupación gritaron:
“¡Heil, váter!”, y levantaron el culo en señal de respeto.
Seguidamente, Serafín se desmayó y despertó en el váter. Se había
quedado dormido leyendo la sección de deportes.
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EL
VÁTER
MARCOS
VAQUERO CAMPO (2º G DE ESO)
El
váter no quería ser usado de esa manera. Él quería ver el mundo,
salir de aquella casa en la que (según su punto de vista) era
maltratado. Total, que un día, mientras Serafín dormía la siesta
tirado frente a la televisión, decidió irse. Cuando salió a la
calle por primera vez y respiró aquel aire no contaminado por los
excrementos de su dueño, el váter se sintió por primera vez
limpio. Y le gustaba tanto estar limpio que fue a hacerse la cirugía
estética para no ser un váter nunca más. Para él el cirujano
estético era el alfarero. Estuvo pensando durante hora cómo quería
ser; no sabía si ser una bañera, un plato de ducha… pero no se
había dado cuenta de que podía tener forma humana. Entonces se
preguntó que por qué no defecar… quería saber lo que era aquella
sensación y acudió a Serafín para defecar sobre él. Este,
obviamente, dijo que no. Al final hicieron las paces y se llevaron
bien.
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EL
VÁTER EJECUTOR
ENRIQUE
MARÍN GÓMEZ (2º A DE ESO)
Érase
una vez un señor llamado Serafín. Trabajaba en una empresa y ganaba
bastante dinero. Tenía 36 años. Sus aficiones eran ver el fútbol,
la tecnología y estar con la familia. A fin de años, en Madrid,
cenó con su familia y al terminar de cenar se empezó a encontrar
raro, como si tuviese algún virus. Serafín fue al hospital y le
hicieron un lavado de estómago. Los resultados dijeron que tenía
anisakis, que es un gusano que traen algunos pescados. Le entraron
vómitos y descomposición. No podía estar más de diez minutos sin
ir al baño. Estuvo un mes así y cuando se le pasó el váter
comenzó a hacer cosas extrañas. Él decidió irse a dormir. A la
mañana siguiente se encontró a su gato descuartizado y sin ojos.
Escuchó un ruido en la cocina y fue a mirar qué era. ¡Era el váter
devorando la nevera! Cuando se giró, el váter tenía los ojos del
gato y al final fue terrible para Serafín. A partir de ese momento,
la familia decidió no usar más el váter y hacer sus necesidades en
un cuenco.
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EL
VÁTER HABLADOR Y EL DEFECADOR PRODIGIOSO
ADRIÁN
CAMARERO JURADO (2º A DE ESO)
Una
noche de verano a Serafín le dolía mucho la tripa; entonces fue a
hacer caca. Fue al váter y el váter le empezó a hablar y le contó
lo que tenía que soportar, pero Serafín echó una vaca por el culo.
Al día siguiente Serafín estaba jugando a la Play y volvió a tener
ganas de hacer caca, y cagó un Iphone 11. Su madre le preguntó que
qué le pasaba, y él le respondió que le dolía la tripa, que lo
llevara al hospital. Allí, el médico le dijo que tenía que hacer
caca, pero el niño cagaba cosas curiosas. Desde entonces el niño no
volvió a cagar, pero un día lo cagó todo y llenó toda la casa de
caca, pasándosele, al fin, todo aquello, y desde entonces Serafín
ya no hace caca; ahora se ha vuelto millonario porque aunque ya no
podía cagar Iphones, vendió los que cagó anteriormente. Y esta es
la historia del váter y el niño Serafín.
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EL
VÁTER ILUSTRADO
RUBÉN
MARTÍN GONZÁLEZ (2º A DE ESO)
Érase
una vez un váter que cobró vida por leer tantos periódicos de
Serafín. Un día, cuando fue a hacer sus necesidades, el váter le
dijo que no para que se fuera a otro váter. Serafín le dijo que no
tenía otro váter, así que hicieron un trato. El trato era que
Serafín podía ir a ese váter con la condición de que le llevase
periódicos, revistas y libros para que pudiese leer. Al cabo de un
tiempo, cuando el váter leyó tanto, se hizo muy listo. El váter
quería hacer otra cosa que no fuera estar siempre quieto. Entonces,
el váter le pidió a Serafín que le pusiera ruedas para que se
pudiese mover. Serafín le puso las ruedas y el váter se podía
mover libremente. Al váter le gustaba estudiar mucho. Y con esos
estudios llegó a entrar en la NASA. El váter ayudó mucho para
crear nuevos cohetes y encontrar nuevos planetas. Después de unos
años, el váter llegó a estar en el puesto de Presidente en una de
las mejores empresas del planeta. El váter, que se hizo millonario,
contrató en su empresa a muchos más váteres. Al final, los humanos
y los váteres convivían en paz.
***************
SERAFÍN
JORGE
GIMENO LIZARRAGA (4º E DE ESO)
Estaba
harto de recibir sus malolientes desechos, que no paraba de
entregarle el chaval; entonces, Serafín, del susto se levantó del
retrete asustado por la voz que escuchaba debajo de su culo. El
retrete se desancló de la pared y con sus tuberías sacó brazos y
piernas, miró a Serafín a la cara y le tiró todo su recién hecho
desecho a la boca, la cual tenía abierta del asombro. Le metió su
propio desecho dentro de su boca. Serafín se desmayó.
El
retrete salió corriendo del baño y cada paso que daba dejaba una
marca de tubería en el suelo. Bajó al piso primero de la casa,
donde estaba su padre preparando la cena, y el váter se acercó a él
y con su brazo de tubería le agarró del cuello y lo elevó del
suelo y dijo el váter: “Sufre lo que yo he sufrido todo este
tiempo”, y le empezó a meter el otro brazo-tubería al padre por
la boca hasta perforarle la garganta y matarlo. Mientras, arriba,
Serafín se recuperó del desmayo y cogió una llave inglesa y se
dispuso a bajar a matar al váter.
Este
estaba en el baño de la entrada desmontando el váter de ese baño
para ponerse sus piezas en él y ser más fuerte. Serafín le vio y,
sin avisar, corrió hacia él para darle un golpe con la llave, y se
lo dio. Le rompió la parte de arriba de cerámica. El váter,
enfadadísimo ante tal acción, cogió la cabeza de Serafín y la
empezó a meter dentro del agua de su taza hasta ahogarlo y matarlo.
Un vecino que veía a lo lejos que algo pasaba llamó a la policía y
estos, al llegar, también murieron. El váter acabó dándole vida a
otros váteres y el mundo fue dominado por los váteres igual que los
robots en Terminator.
***************
EL
VÁTER REVOLUCIONARIO
SANDRA
VELÁZQUEZ-GAZTELU VENA (4º E DE ESO)
Serafín,
harto de su váter, se sentó igualmente, pero, al hacerlo, el váter
revolucionario le escupió agua, acto ante el que Serafín saltó de
un golpe.
—¡Pero!....
¿no te he dicho que no pongas tu sucio culo en mi boca?
—Sí,
y me importa una mierda lo que digas, porque soy tu dueño.
—Y
yo estoy vivo y hago lo que quiero.
Serafín,
sin palabras, se fue del cuarto de baño mientras que el váter
revolucionario gozaba al salir victorioso de su huelga. Tras unos
minutos, Serafín volvió al baño, pero ahora con un periódico,
como presumía el váter revolucionario, y en ese momento se puso en
guardia al saber que eso significaba que iba a hacer sus necesidades.
Justo en el momento en que iba a negárselo, Serafín fue hacia el
lavamanos. Por el extraño acto de Serafín, al ir al lavamanos con
el periódico, extrañado, le preguntó:
—Oye,
¿qué haces?
—Voy
a lavarme los dientes.
—¿Y
por qué estás con el periódico mientras te lavas los dientes?
—NO
es un periódico, es un catálogo.
—¿De
qué?
—De
hogar.
—¿Y
qué estás mirando?
—Oye,
he venido a lavarme los dientes; no a hablar contigo.
—Perdón.
—…
—¿Ya
me lo puedes decir?
—Estoy
mirando váteres.
—¿Qué?
—Lo
que oyes.
—¿Por
qué?
—Porque
no me dejas hacer mis necesidades al estar vivo, así que te cambio.
Al
decir eso, el váter se quedó tan de piedra que volvió a ser como
siempre había de haber sido: de piedra. Serafín llegó a su trabajo
a su hora al poder hacer sus necesidades felizmente.
***************
ILUSIONES
ÓPTICAS
PAULA
LAMATA ECHEVARRÍA (4º E DE ESO)
SERAFÍN
tenía miedo de entrar al baño; se lavaba los dientes en la cocina y
se duchaba en casa de su madre alegando que no le iba bien la suya,
pues le daba vergüenza comentarle el hecho de que básicamente había
sido destronado por su demasiado frecuente uso.
Tenía
ya 27 años, pero todavía le emocionaba tomarse aquellas chuches,
las cuales su madre le llevaba comprando desde que él tenía
memoria. Su madre siempre insistía en que se tomara una cada mañana,
pero, últimamente, las había dejado de lado, ya que en un programa
de la tele escuchó que era malo tomar chuches, y después de
Navidad, Serafín había cogido unos cuantos hilos de los que quería
deshacerse.
Serafín
recuerda que su madre se enfadaba mucho cuando no desayunaba esas
“chuches”; eso le hacía estar siempre confuso. El resto de
madres de sus amigos no les dejaban comer tantas chuches, y menos los
obligaban.
Su
madre ya tenía sospechas, pues no era la primera vez que su hijo
dejaba de medicarse y empezaba a ver cosas raras. Su esquizofrenia le
hacía delirar hasta el punto de encerrarse en su cuarto por miedo a
lo que se podía encontrar fuera de sus sábanas. Ella decidió que
era el momento de desvelárselo a Serafín, ya era suficientemente
mayor para admitirlo y lidiar con ello.
Después
de una larga charla y un nudo en la garganta, pues su mejor amigo de
la infancia había sido fruto de su imaginación, comprendió su
enfermedad y todos sus pensamientos ya tenía sentido. Serafín
volvió a tomar las pastillas, las cuales ya no parecían chuches, y
pudo volver a hacer de vientre.
***************
SERAFÍN
Y LA VENGANZA DEL VÁTER
MARTA
SOLER HERRERO (4º E DE ESO)
Hola,
sí, a ti, te estoy hablando… vale, ahora que tengo tu atención me
voy a presentar: Me llamo Luis, aunque la gente me conoce por el
nombre de Váter, WC, Trono, etc. Supongo que os preguntaréis:
“¿Cómo es que un váter habla?”. Bueno, es una muy larga
historia, pero intentaré resumirla lo máximo…
Ya
hace muchos años fui un ser humano, uno muy malo, me solía reír de
la gente pobre por cómo iban vestidos y cómo olían. Entonces, una
bruja me maldijo y me convirtió en un váter; perdí todo tipo de la
conciencia que algún día pudiera tener, hasta hace unos meses… Mi
dueño, Serafín, cada vez que venía a usarme traía periódicos y
libros que luego se olvidaba en el baño, y yo, poco a poco, empecé
a absorber toda la información y, gracias a eso, recuperé mi
conciencia.
Sí,
lo sé, antes era una persona horrible y me merecía un escarmiento,
pero… esto es horrible, creo que ya he aprendido la lección… ¿O
no?
Son
las 18’00 horas, la hora en la que Serafín viene a hacer su visita
diaria, pero hoy va a ser diferente, hoy me voy a rebelar en favor de
mis derechos… Aquí viene…
(Entra
Serafín y se sienta encima del váter Luis cuando…)
Váter
Luis— Hola, Serafín.
Serafín—
¿Qué? ¿Quién está hablando?
VL—
Aquí, abajo.
Serafín—
¡Qué narices!
VL—
Hola, me presento, me llamo Luis.
S—
¿Cómo que te llamas Luis? ¿Cómo es que estás hablando?
VL—
Bueno, todo tiene una explicación. Hace muchos años fui maldecido
por reírme de la gente pobre. Una bruja me maldijo… y aquí estoy.
S—
Qué fuerte, ¿y cuántos años llevas así?
VL—
Por lo que he leído en los periódicos… dos años. A día de hoy
sigo esperando a volver a ser humano.
S—
Bueno, si me permites opinar, yo creo que ya has hecho suficiente
penitencia (de la nada una luz ilumina la sala y aparece un ser
humano).
Luis—
Muchas gracias, tu perdón ha roto mi maldición.
Serafín—
¿… Y ahora dónde cago yo…?
***************
EL
VÁTER FELIPE
ANA
FERNÁNDEZ ESTEBAN (4º E DE ESO)
Váter,
tras cobrar consciencia, se dio cuenta de lo inútil que era Serafín
y que lo único que hacía con su vida era sentarse en él.
Por
lo que el váter tomó nuevas decisiones para su nueva vida. Lo
primero: se autonombró Felipe; luego decidió no seguir ofreciendo
sus servicios a Serafín, pues lo que realmente quería era ofrecerle
sus servicios a una interesante mujer hecha y derecha que tuviera una
vida interesante y un trasero bonito y depilado; no como el de
Serafín. Con lo que Felipe, finalmente, le hizo el lío a un váter
corriente y le cambió el puesto, con lo que Felipe ahora ofrecía
sus servicios a Sara, una escritora de prestigio con mucho carácter
y, finalmente, Felipe y Sara acabaron escribiendo muchas obras
juntos.
***************
REIVINDICACIONES
DE UN VÁTER
MARTA
DEL POZO PEÑAFIEL (4º E DE ESO)
Esa
noche Serafín, cansado de que su váter estuviese rebelándose, en
medio de la noche bajó a la cocina a beber agua cuando, de repente,
escuchó ruido en el salón. Se dirigió hacia allí y se encontró a
su váter al lado de la tele. Serafín se quedó alucinado y pensó
que estaba loco, cuando el váter le dijo:
—No
me moveré de aquí hasta que me dejes irme de esta casa.
Serafín,
preocupado, contestó:
—No
sé qué haces aquí, ni cómo has llegado, ni por qué estás así
conmigo. Pero me gustaría que volvieses a ser el mismo de antes.
Su
váter le contestó:
—Me
he rebelado y estoy cansado de estar siempre metido en el baño solo,
sin poder salir, y de solo estar acompañado cuando tú tienes que
hacer tus necesidades. Me gustaría poder salir de esas cuatro
paredes; poder hacer cosas contigo y que podamos ser amigos. Serafín
pensó lo que le dijo su váter y tomó la decisión de que le
dejaría moverse por toda la casa y podrían ser amigos; hacer cosas
juntos… y prometió que pasaría más tiempo con él y no le
dejaría más solo. Finalmente, fueron amigos para siempre, y jamás
volvieron a tener ningún problema así.
Ilustración animada por Iker Otiñar |
*****
Retablos
realistas y naturalistas compuestos con
hábiles
pinceladas que muestran algunas vivencias
tremendistas
de personajes de los bajos fondos
mezclados
con algún rasgo posmoderno del dirty realism
*****
UN
TRABAJO BIEN REMUNERADO
DANIEL
THRIEMER JIM (4° D DE ESO)
—Nad,
¿vienes a celebrarlo? —me pregunta Jake.
—Sí,
un momento. Tenemos que limpiar esto, no podemos dejarlo así
—contesto.
—¡Oh,
joder! No me seas capullo. Nadie nos va a pillar —dice Al.
—Está
bien, vamos —suelto con un exabrupto.
Nos
metemos en el coche de Jake y vamos hacia el bar más próximo.
Entramos y vemos todo lleno. Miramos a ver si encontramos sitio y veo
que está mi madre en la barra.
—¡Mierda!
¿Maqué
haces aquí? Vete a casa, anda, y deja de beber —le digo a mi madre
alcohólica.
—Nah,
tú solo ignora que estoy aquí —me contesta.
—Joder,
ma,
no quiero perderte. Ya perdí a un amigo hace poco en Un trabajo, y
casi no vivo para contarlo —le digo algo melodramático.
—¿Nad,
vienes? —me pregunta Al.
—Ahora
voy —contesto—. Ma,
me tengo que ir. Por favor, deja de beber y vete a casa.
—Adiós
—me contesta.
Después
de esto me voy a disfrutar del resto de la tarde con mis amigos,
jugando a las cartas y bebiendo. Al fin, puedo pasar un rato
tranquilo, después de pasar un mes buscando al tío que nos tocaba.
Habíamos terminado el trabajo y para el día siguiente tendríamos
la pasta en la cuenta. ¡Al fin! Un trabajo bien remunerado. Con ese
dinero podría pagar la casa, un coche y a alguien que cuidara de mi
madre.
***************
CALLEJEROS
JAVIER
LÓPEZ GARCINUÑO (4º D DE ESO)
Rafa
y Pablo se criaron en un barrio de Vallecas y no quisieron ir al
colegio, por eso se pasaron la infancia callejeando y cometiendo
pequeños hurtos, robos de bolsos o carteras. Con el dinero que
ganaban, compraban alcohol y drogas.
Más
adelante, Rafa empezó a robar coches, y Pablo a traficar con drogas.
Una
noche de tantas, bebiendo y fumando, a Pablo se le ocurrió atracar
una gasolinera. Rafa no se lo pensó dos veces y, esa misma noche,
Pablo cogió su pistola de fogueo y Rafa robó el coche con el que
iban a ir a robar. Ya en la gasolinera, se bajaron del coche con dos
pasamontañas y entraron apuntando con la pistola al dependiente. Él
ya sabía lo que iban a hacer, por eso apretó el botón del pánico
y luego ya empezó a darles el dinero.
Cuando
Rafa y Pablo salieron de la gasolinera, les salieron al paso tres
coches de la policía. Pablo, nervioso, sacó la pistola de fogueo
para dejarla en el suelo, pero uno de los policías creyó que era de
verdad y que iba a dispararles. No se lo pensó dos veces y apretó
el gatillo, acertándole a Pablo en el pecho.
***************
CLAUDIA
PORTONES DE LA ROSA (4º D DE ESO)
Había
mucho ruido en la sala. La gente conversaba a voces, chillaba, reía
a carcajadas. También había un intenso olor, más bien varios, una
mezcla entre sudor, cerveza, perro… y otros olores difusos.
«En
fin, es lo que hay. No se puede pedir más»,
pensó el chico sentado en una esquina de la taberna, únicamente
acompañado por su bebida. Era el recién llegado al gremio. La
mayoría no se fiaba de él por su porte nobiliario, y el resto lo
ignoraban. Iba a tomar otro sorbo de su espumosa cerveza cuando dos
hombres y una mujer reclamaron la atención de todo el gremio.
Uno
de los dos hombres empezó a hablar:
—Compañeros
ladrones, alguien ha robao
nuestro
reciente botín. Nos preguntamos quién podría haer
sío.
Si alguien ha vizto
argo,
que lo diga. Porque si no…
—¡Basta!
¡Así no vas a lograr nada, cabezahueca! —estalló la mujer,
subiéndose a la mesa—. ¡A ver, panda de inútiles, voy a ir
cortándoos los dedos uno a uno como no me digáis quién de todos
vosotros ha sido! —prosiguió la mujer. ¿¡Queda claro!?
Todos
en la taberna quedaron confusos y empezaron a acusarse unos a otros,
cuando de repente, saltó uno y dijo:
—¡El
nuevo, ha sío
el
nuevo. Etoy
seguro.
No pudo con la nobleza y ahora quiere nuestro dinero para volver a
ella.
—¡Sí,
seguro! —corearon algunos.
Entonces,
el chico se levantó e hizo un gesto rápido. Nadie entendió lo que
había hecho. Había lanzado un pequeño cuchillo de acero que se
hundió en el ojo del que lo había acusado. Inmediatamente, este
comenzó a gritar y a llorar desconsoladamente. Trató de golpearlo,
pero el joven «noble»
esquivó
el golpe con gran agilidad y le arrancó el cuchillo del ojo, con un
chorro de sangre y un nuevo grito de dolor. El chico siguió
avanzando hasta los tres más poderosos del gremio, los que dieron la
noticia. Cuando llegó a su altura se dio la vuelta y dijo en alto:
—¿Sabéis
por qué me uní al gremio? —preguntó con una sonrisa en la cara y
un tono amenazador—. Pues porque… —Borró su sonrisa y se
levantó la capucha— me traicionaron. Yo era un noble que ayudaba a
la plebe, tenía una esposa embarazada, me hicieron irme a otro país
para explicar mi trato con el pueblo para implementarlo en su país.
En mi ausencia extendieron rumores sobre mí. En unos meses todo el
mundo creía que era un monstruo, decían que secuestraba dama luego
las asesinaba. Crearon pistas falsas, incluso. Cuando ya volvía
hacia mi casa, vi una torre de humo en la ciudad. Al acercarme,
descubrí que era mi casa, y al entrar hallé a mi mujer asesinada.
Los responsables eran pueblerinos armados, se quedaron a esperarme.
Les expliqué y desmentí todo lo que creían, rogaron perdón, pero
aun así los maté. Convertido en fugitivo decidí unirme a
criminales como vosotros para destruir a la nobleza. Volvió a
sonreír.
—Yo
sé quién ha robado el botín.
—¿Quién?
—se oyó entre la multitud.
—Os
lo diré a cambio de ser el maestre del gremio —respondió.
—Y
una mierda —gritaron unos, y otros abuchearon.
—Silencio
—ordenó la mujer—. Aceptamos las condiciones.
—Muy
bien, es el único de nosotros que no ha hablado. Él —señaló.
El
culpable trató de huir y el nuevo le lanzó otro cuchillo; era
mortal. Dio en el blanco y este cayó inerte al suelo. Salieron joyas
y monedas de toda su armadura. Todo el gremio estaba conmocionado,
nadie sospechaba de él, era uno de los fundadores del gremio.
Una
semana después del incidente se hizo una fiesta en la taberna del
gremio celebrando la ascensión del nuevo maestre.
—¿Qué
es lo primero que harás como líder? —preguntó la mujer con
interés.
—Haré
una alianza con la Hermandad Oscura —respondió. La mujer palideció
y abrió los ojos de par en par.
—¿La…
la Her... Hermandad Oscura, has dicho? —tartamudeó—. ¡¿La
orden de los asesinos?!
—Sí,
ya dije que mi intención es acabar con la nobleza. Para ello
necesitamos a los asesinos. —Sonrió vilmente, como un psicópata
que diera rienda suelta a su instinto, con su brillo calculador en su
mirada fría, letal.
***************
MEJOR
EN VERSO
Hoy
somos todos poetas y vamos a imitar a Mario Benedetti.
***************
VERSIÓN
LIBRE DE “EN PIE”
Sigo
en pie
en
la sombra de aquel roble.
Sigo
en pie
esperando
a aquel pobre,
que
aunque para comer no tenga
su
cara siempre está contenta
Sigo
en pie
esperando
a que acabe la pobreza.
ALBERTO
SÁNCHEZ DÍAZ (4ºA DE ESO)
***************
VERSIÓN
LIBRE DE “AYER”
Ayer
pasó el pasado lentamente
hoy
es día de ser feliz y despejar la mente
por
los días reiré y sonreiré
y
por las noches soñaré.
Todo
lo malo que he pasado
ya
no está conmigo sino enterrado
porque
no me sirve guardarlo
no
es bueno eso de recordarlo.
Ayer
pasó el pasado lentamente
pero
hoy tengo la suerte de tenerte
sigamos
adelante sin cargas ni pesos
en
el futuro solo quiero tus besos.
Hoy
en día has sido mi confidente
y
ahora no te saco de mi mente
siempre
has sido mi amigo fiel
y
nunca te querré perder.
ELENA
JIMÉNEZ FERNÁNDEZ ( 4º A DE ESO)
***************
VERSIÓN
LIBRE DE “TE QUIERO”
Tus
manos son mi caricia
mis
acordes cotidianos
te
quiero porque tus manos
trabajan
por la justicia.
Y
si te quiero, febrero me duele de más
¿dónde
guardaré este amor si tú te vas?
Si
yo no te echo de menos
te
extraño de más.
Cómo
pretendo no echarte de menos
si
te amé de verdad.
Más
te amo
menos
tiempo,
más
te alejas
más
lo siento.
Y,
si tú me quieres
no
me digas lo contrario.
Pues
lo que más me duele
es
entregarte todo
y
quedarme con cero.
LUCÍA
RIESCO MARTÍN (4º A DE ESO)
***************
VERSIÓN
LIBRE DE “CORAZÓN CORAZA”
Porque
te tengo y no
porque
cuando te busco por los campos
los
pájaros no me dejan encontrarte
cuando
te busco en la montaña
el
viento te oculta
cuando
te busco en la mar
el
oleaje te manda callar
Silencio
silencioso
Porque
te escucho
pero
no te oigo
porque
cuando te encuentro
te
marchas
y
aún peor es estar sin ti.
Silencio
silencioso
Porque
sé que me observas
pero
desde la lejanía
y
sufro por ti
lo
que los demás no sufren.
Silencio
silencioso
Abre
ya tu corazón
y
calle la multitud.
FRANCISCO
JAVIER MENÉNDEZ DE CASTILLA (4º A DE ESO)
***************
VERSIÓN
LIBRE DE “CUANDO ÉRAMOS NIÑOS”
Cuando
éramos niños
tu
padre era tu guardián
tu
madre tu escudera
la
vida sin preocupaciones
era
tu mayor aventura
luego
cuando muchachos
tu
padre era una vergüenza
tu
madre una molestia
tu
reputación y aspecto
tu
mayor preocupación
ya
cuando adultos
tu
padre era tu consejero
tu
madre tu mejor amiga
la
vida en familia
tu
mayor alegría
ahora
cuando ancianos
tu
padre una historia
tu
madre un recuerdo
y
tus días contados
tus
últimas esperanzas.
ALEJANDRA
CRUZ CLEMENTE (4º F DE ESO)
***************
VERSIÓN
LIBRE DE “ESA BATALLA”
¿Cómo
compaginar
la
temible muerte
con
las incansables
ganas
de
salvar tu vida?
¿Cómo
aguantar la amargura
y
la soledad de la nada
con
la alegría que surge
ante
el amor
correspondido?
¿la
derrota
con
la inminente victoria?
¿Queremos
vivir para esto?
¿Para
quién?
PABLO
RIAZA GUTIÉRREZ (4º F DE ESO)
***************
VERSIÓN
LIBRE DE “CUANDO ÉRAMOS NIÑOS”
Cuando
éramos niños
los
viejos eran los sabios
una
tontería un drama
y
la muerte parecía
que
no estaba.
Luego
cuando muchachos
los
sabios éramos nosotros
una
tontería seguía siendo un drama
y
la muerte algo que a veces
nos
preocupaba.
ALBA
GENEROSO VERA (4º F DE ESO)
***************
VERSIÓN
LIBRE DE “CUANDO ÉRAMOS NIÑOS”
Cuando
éramos niños
los
mayores eran jóvenes
un
disparate era una tragedia
la
muerte no importaba
no
existía.
Cuando
crecimos
los
mayores dejaban de ser jóvenes
una
tragedia era un disparate
y
en la muerte sí se pensaba.
LUCÍA
GENEROSO VERA (4º F DE ESO)
***************
VERSIÓN
LIBRE DE “VAMOS JUNTOS”
Con
tu puedo y con mi quiero
vamos
de la mano confidente
confidente
que te espera
la
misma magia que a mí
esa
misma magia con la que
juraste
y juré
destellar
con tu esencia
ese
y todos los universos
existentes
en la llama
de
adentro de mi pecho
con
tu puedo y con mi queiro
vamos
de la mano confidente
confidente
que llegaste de repente
para
darle un vuelco a mi vida
que
entraste como un simple extraño
pero
ahora no concibo una vida
en
tu lejanía
con
tu quiero y con mi puedo
vamos
de la mano confidente
confidente
se me hace efímero
todo
el tiempo a tu lado
los
abrazos con los que me calmabas
y
las sonrisas que servían de tiritas
con
tu puedo y con mi quiero
vamos
de la mano confidente
confidente
que va dejando huella
por
cómo haces sentir a tu lado
y
por la paz que transmites
me
das ese último aliento que necesito
para
seguir adelante y no mirar atrás
me
impulsas a los desconocido
porque
sabes que juntos nada nos parará
con
tu puedo y con mi quiero
vamos
de la mano confidente
confidente
que me produces
ese
sentimiento de impotencia
al
tenerte tan lejos pero tan cerca
con
tu puedo y con mi quiero
vamos
de la mano confidente
esa
mano que espero no soltar
durante
toda una vida.
CARLOTA
MULET BOUZA (4º A DE ESO)
***************
VERSIÓN
LIBRE DE “PREGUNTAS AL AZAR”
¿Cuánto
me queda?
¿Cuánto
quiero que me quede?
Preguntas
sin respuesta alguna
y
seguir preguntando
sabiendo
que nadie va a responder
lo
bonito de la vida
esta
incógnita
de
la nada
la
que hoy tengo en mis manos
puede
que mañana sea
todo
lo que he tenido
y
aún no lo sé
no
quiero conocer mi fin
ni
el cuándo
ni
el cómo
ni
el porqué
solo
deseo saber
que
mi breve aparición
ha
sido suficiente
para
cerrar los ojos en paz
esperando
que el viento
no
se lleve mi huella
y
que esa huella
deje
marca
a
aquellos que pasen
por
el camino que ha sido mi vida.
CLAUDIA
PÉREZ PÉREZ (4º F DE ESO)
***************
VERSIÓN
LIBRE DE “LO QUE NECESITO DE TI”
No
sabes cómo necesito tu voz
necesito
tus miradas
aquellas
palabras que siempre me llenaban
necesito
tu comprensión
necesito
aquellos momentos juntos.
Ya
no puedo…
¡No
puedo seguir así!
No
quiero seguir pensando en ti
mi
mente no hace nada más que eso.
Necesito
la mirada de la que me enamoré
aquella
que me hace perder la cabeza.
Necesito
tus palabras
aquellas
que me inspiraban a no rendirme.
A
pesar de tantos golpes
a
pesar de aquel olvido en el que caímos…
me
estoy destrozando;
aquello
que anhelo no consigo recuperar,
ya
lo perdí y lo extraño.
LÚA
LÓPEZ RAMÓN (4º F DE ESO)
***************
VERSIÓN
LIBRE DE TRISTE Nº 1
Por
la memoria vagamos descalzos
pensando
en todo
y
a la vez pensando en nada.
En
la mente te pierdes y piensas
¿qué
hice mal?
¿por
qué soy así?
y
nunca encuentras respuesta.
Por
fin encuentras una luz
te
pones de pie y caminas,
corres
y lo intentas alcanzar.
Crees
que te estás acercando
pero
esa luz se va alejando.
Te
vuelves a rendir
te
vuelves a sentar y piensas
piensas
en todo
y
a la vez no piensas en nada.
Te
vas hundiendo poco a poco, de nuevo
en
la memoria sumergiéndote
recordando
cuando eras feliz,
cuando
la tristeza no te invadía.
¿Qué
hice mal?
¿Por
qué soy así?
Llega
el final
y
nunca encuentras respuesta.
BEATRIZ
PAULA MARTÍNEZ ENACHE (3º C DE ESO)
***************
VERSIÓN
LIBRE DE “PAUSA”
De
vez en cuando hay que hacer
una
pausa,
un
alejamiento
que
te diga que sí puedes vivir sin ellos,
que
no es necesario rodearse de gente
para
ser feliz.
Una
pausa
que
te haga ver con otros ojos
que
no sean los de la sociedad
y
que, al alejarte de de ellos,
las
puedas por fin valorar.
MIGUEL
GÓMEZ SABORIT (3º C DE ESO)
***************
VERSIÓN
LIBRE DE “TE DEJO LIBRE”
Libre
de mí,
libre
de mi carácter
tan
cambiante,
libre
de mis ganas
locas
por amarte,
libre
de mi afán
de
cuidarte como a
nadie.
Te
dejo libre
de
mis miedos
e
inseguridades,
de
esta celda en
la
que mi corazón
guardó
tu risa y
tu
mirada.
Vuela
lejos, palomita,
y
no mires atrás,
recorre
mundo, siente,
vive,
ríe
como nunca antes
pero
recuerda que siempre
vivirás
en mí,
que
tu memoria florece
dentro
de mi alma
creando
enredaderas
que
arrasan
con
mi cordura
y
llenan de color
este
pequeño jardín
marchito
por tu
ausencia.
OLATZ
DOMÍNGUEZ BLANCO (3º C DE ESO)
***************
VERSIÓN
LIBRE DE “LO QUE NECESITO DE TI”
No
sabes cómo necesito tu voz,
necesito
saber lo que piensas,
pues
tus expresiones me desconciertan.
Necesito
que me lo cuentes,
no
quiero sospechar que me mientes.
...Yo...No
quiero.
No
quiero seguir adivinando,
ni
por la verdad seguir preguntando.
Tus
palabras harán mis dudas desvanecer
y
mi amor podrás retener.
TIANA
ALTENBOCKUM (3ºA DE ESO)
***************
VERSIÓN
LIBRE DE “OTRO CIELO”
No
existe esponja para lavar el cielo,
no
existe lugar para pasar los miedos,
no
existe tiempo para todo lo nuevo,
sabiendo
que nadie ha estado por delante de ti
pero
tampoco nadie por debajo,
todos
por igual creíamos y pensábamos,
solo
había un problema en mí
y
no era lo que queríamos,
no
era la verdad que por encima pasaba,
no
eran los prejuicios del resto
y
podría estar sonando raro,
pero
en nada se parecía a un incesto,
se
me había ocurrido sin querer,
y
en el fondo queriendo
que
el amor que sentía y sigo sintiendo,
siempre
estuvo callado
hasta
ahora que lo desmiento.
Pensé
que habría años y años,
pero
eso en este momento se ve que no es cierto,
pasaron
décadas de aquel mal entendimiento,
pasé
por delante de ti mil y una vez,
pero
nunca te llegué a decir cuál era mi sentimiento
y
ahora te lo digo:
te
quiero.
GUILLERMO
CORRALES AMARO (3º C DE ESO)
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